Jano's Eventos 
Hola a todas,
Mi nombre es Belinda, soy canadiense, tengo 25 años. Mi esposo, argentino, es un exmilitar de 27 años que ha tenido dificultades para reconvertirse.
Estamos casados desde hace 2 años. Como tenemos dificultades para encontrar tiempo para vernos, entre mis actividades y nuestro hijo, decidimos volver a hacer deporte juntos. La idea era entrenar juntos. Nuestro problema fue principalmente encontrar un deporte que nos convenza a ambos. Yo quería salsa, él un deporte de raqueta... Después de algunas negociaciones, él me propuso taekwondo. Al principio no estaba muy interesada, pero como no avanzábamos, acepté. Al final, después de unas doce sesiones, los dos disfrutábamos mucho. Además, sentía que estaba progresando. Seguíamos el mismo curso, pero para la parte práctica, cada uno tenía su pareja.
Recientemente, el club cerró. Mi esposo me preguntó si quería entrenar en casa, acepté, ¿por qué no? Nos calentamos, trabajamos los movimientos como en el entrenamiento. Luego, me propuso una pequeña pelea amistosa lanzándome algunas indirectas... más o menos "verás que será más difícil que pintarte las uñas o hacer piruetas"... Soy una ex bailarina, practiqué ballet clásico durante casi 12 años. ¡Empezamos, vamos! Muy pronto, noté que presionaba mucho sus golpes, aunque lograba bloquear todo, dolía bastante. Le pedí que intentara presionar un poco menos, pero aparentemente no le importaba y continuaba con más fuerza...
La pelea continuó y logré liderar el intercambio 8 a 2. No presioné mis golpes, ese no era el objetivo... Entonces él lanzó su pie hacia mi pecho presionando con fuerza, lo bloqueé, pero dolía mucho y le dije que tuviera cuidado. Él se rió... Me lo volvió a hacer justo después, lo bloqueé. Esta vez, estaba realmente enojada por su actitud. Di un giro y mi pie se hundió en su estómago. Continué con un golpe directo a su cabeza con mi pie. Cayó al suelo, completamente K.O. Me apresuré hacia él e intenté despertarlo. Finalmente abrió los ojos, tal vez después de 5 interminables segundos...
Por supuesto, me disculpé, pero desde entonces es como si algo se hubiera roto en él. Está muy frío y si intento hablar con él, gruñe y abandona la habitación...
¿Tienes alguna idea de cómo reparar?
