Que el novio no vea a la novia con el vestido hasta el momento de la boda.
Esta superstición procede de la época en la que los matrimonios se concertaban a través de casamenteras o de los propios padres. Los novios no se veían hasta el momento de la boda, por si se echaban para atrás al conocer al futuro cónyuge. Para evitarlo, aseguraban a los novios que tendrían mala suerte. Y de ahí hasta nuestros días. La cosa ha ido evolucionando y ya no pueden ver a la novia, ni el novio ni sus amigos.
Moneda en el dobladillo.
Se cose una moneda de algún metal noble en el dobladillo del vestido de novia para asegurar abundancia y prosperidad a la pareja. Digo yo que si se cosen varias, el efecto será mayor y, si no, siempre pueden utilizar las monedas para salir de un apuro. Esta misma superstición también se sigue poniendo la moneda dentro del zapato de la novia.
La novia costurera.
Se dice que da mala suerte que la novia confeccione su propio vestido.
Terminar el vestido en el último momento.
Otra superstición curiosa sobre el vestido de novia es que da mala suerte ponerse terminado el vestido antes de la boda y, por eso, muchas costureras dejan un pequeño trozo del dobladillo o de algún remate sin terminar y se cose justo antes de salir hacia la ceremonia.
Modistas que se quieren casar.
Y, algunas modistas solteras, ponen cabellos suyos en el dobladillo del vestido de novia que están confeccionando para casarse pronto.
No mirarse en el espejo vestida de novia.
Que la novia se mire al espejo ya vestida es, según algunas supersticiones, un signo de malos augurios. Los dioses pueden poner en entredicho su derecho a mirar su imagen sin estar aun verdaderamente casada. Y, entroncando con el imperativa de las novias de ser modestas y recatadas, era una forma de que no diesen rienda suelta a su vanidad.
Las perlas y las lágrimas.
Las perlas dicen que representan llanto en el matrimonio, porque tienen forma de lágrima. Esta superstición es habitual en algunas zonas de España, aunque en otros lugares las perlas son símbolo de felicidad y prosperidad, casi imprescindibles para las novias.
Que llueva el día de la boda.
Aunque se considera que la lluvia no es buena para una boda (por algo se llevarán huevos a Santa Clara), hay refranes como “novia mojada, novia afortunada” o “novia llovida, dos veces bendecida”, que llevan a creer lo contrario. Lo que es verdad es que las fotos con lluvias tienen una luz preciosa…
En martes, ni te cases ni te embarques.
Los romanos, consideraban a Marte el dios de la guerra y, como el martes era el día que le estaba consagrado, consideraban que casarse en martes propiciaba un matrimonio tormentoso. Por el contrario, creían que el lunes, el viernes y el domingo eran los días más propicios, por estar consagrados a la Luna, Venus y el Sol respectivamente; todos ellos beneficiosos para un matrimonio feliz y próspero.
Casarse en el mes de las flores.
Dicen que casarse en mayo no es una buena elección. Por lo visto, el origen de considerar este mes como aciago en las bodas procede de la Noche de Walpurgis (la noche del 30 de abril al 1 de mayo), en la que se produce una lucha terrible entre las fuerzas del bien y del mal. Los brujos y espíritus con intenciones nada buenas, estaban especialmente activos esa noche y en las que le seguían (en mayo) y eran una mala influencia para las parejas de que se habían casado entonces.
Casarse en enero.
También dicen que casarse en enero augura problemas económicos durante el matrimonio. Claro, la cuesta de enero nos afecta a todos.
Casarse en junio.
Hay quien piensa que casarse en junio es presagio de un matrimonio dichoso, fértil y próspero. De hecho, antes las parejas aprovechaban a casarse en junio, sobre San Juan, porque era el tiempo entre la siembra y la cosecha en la que se estaba tenía tiempo libre para las celebraciones.
Casarse en luna llena.
Se dice que casarse en luna llena traerá prosperidad y fecundidad a la pareja. Por el contrario se cree que contraer matrimonio durante la luna nueva es símbolo de desgracia.
Que la novia sea la que pide matrimonio.
La novia sólo puede pedir matrimonio al novio si es año bisiesto. Si se lo piden en otro momento, será augurio de una vida conyugal desgraciada.
Pájaros cantores.
Si un pájaro canta cuando la novia se despierta el día de su boda, se dice que es presagio de buena suerte durante el matrimonio.
Lágrimas de la novia.
Si la novia llora durante la boda, se dice que esas lágrimas serán las últimas que vierta durante el matrimonio. Bendito rímel waterproof.
Papel con el nombre de las amigas en el zapato.
Otra curiosa tradición es que las amigas más queridas de la novia escriban su nombre en un papel que la novia pondrá en su zapato derecho, para que estén con ella en el momento de la ceremonia y sean las próximas en casarse.
Novio con la corbata torcida.
También se dice que hay que vigilar que el novio lleve la corbata derecha porque, si no, será infiel a la novia. Parece ser que antiguamente los novios tenían la mala costumbre de retozar con otras mujeres antes de la boda y acababan con la corbata torcida después de esos devaneos.
Hacer ruido con las bocinas de los coches.
Su origen está en cualquier sonido fuerte (cascabeles, cencerros, campanas, etc.) que se han empleado desde tiempo inmemorial para alejar a los malos espíritus.
Cubiertos que se caen.
Cuando se cae un tenedor y un cuchillo al mismo tiempo, indica que pronto habrá una boda en la casa.
Hortensias.
Se dice que si hay hortensias en casa, las hijas en edad de casarse se quedarán solteras. Aunque hay quien asegura que son flores apropiadas para las bodas, por su belleza y su significado: espíritu vencedor sobre la materia, valentía y fuerza antes las adversidades (otros autores también le asocian el significado de vanidad, soledad y capricho vano).
Superstición
Van a seguir alguna???
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