Hola chicas, después de 45 días esperando mis zapatos soñados, los que me mandé a hacer con tanto entusiasmo, hoy, los fuí a buscar.
El taco no era el que pedí y el color no se asemeja ni un poquito al que tenía en mi cabeza. Me sentí tan triste, lo sé, es sólo un par de zapatos, pero a mí no me importaba tanto el vestido como sí mis pepes.
Hoy tengo un sabor amargo y estoy medio bajón. Sé que se me va a pasar, que es una pavada tal vez, pero estaba como una nena con muñeca nueva, esperando ansiosa tenerlos conmigo. Ahora sé que si quiero zapatos, los veo y los compro, no los hago más, porque no terminan siendo como los querías.
Gracias por estar ahí para permitirme desahogar.
Besos pinchados por hoy, mañana será otro día.