Pésima experiencia con MBLAB makeup y peinado

Lamentablemente uno retiene lo malo. Y eso te predispone a no disfrutar del resto. Padecí el servicio de maquillaje y peinado de MBLAB Que queda en Pilar.

Me vendió un servicio que cobró como cobra cualquier buen profesional. Maquillaje y peinado para mi, mas peinado para mis hijas y algo liviano de maquillaje para ellas.

Por empezar estuvo desde las 15 hs hasta las 17 con mi pelo y no me hizo lo que le pedí. Llevó un peine, una bucleadora y fijador para el pelo (eso eran todos sus elementos de trabajo mas invisibles y colitas )

Había hecho una prueba de maquillaje y peinado sin cargo. El peinado estaba medio medio, pero me dijo que era algo similar y que en una prueba no se hacía completo. Eso me tranquilizó porque entendí que su argumento era razonable. El maquillaje regular, pero no malo como para ser una prueba.

No me hizo toca, no preparó el cabello. No sabia asegurar una torzada. Solo sabía hacer tranzas y hasta por ahí tulos con la buclera. Pesadilla total!! No llevó ni los elementos necesarios. Como demoró mucho con el pelo me tiró el maquillaje en la cara en 16 minutos. Maquilló a mis hijas y a una la peinó. A la otra nena la terminé peinando yo de la desesperación. Cuando me vi en el salón tenia la cara uniforme. No me limpió el cutis aduciendo que si recién me había bañado no era necesario. Maquillaje pobrísimo.... Quedé shoqueada... no tengo registro de la fiesta hasta una hora antes que finalizara. Me agarré un estress mal y no me puedo reponer. Me pidió disculpas antes de irse pero eso no quita lo mal que me sentí en el día más importante de mi vida. Todas las invitadas estaban mejor peinadas y maquilladas que yo. Salí del hotel sin las ondas y en el primer salto me quedé sin nada. Me terminé haciendo un rodete y me aseguré el tocado como pude. Ojalá los fotógrafos puedan hacer magia y mostrar lo menos posible la amargura que sentí momento. Incluso en la luna de miel me acordaba y me daban ganas de llorar. Y no es por los 5800 pesos que pagué, sino que con ese dinero pude haber contratado a alguien que me diera lo que todas las novias necesitamos. No podía olvidarme. Chicas, todavía me acuerdo y tengo un carozo en la garganta. Necesitaba contarlo porque cualquiera que lea o escuche pensaría que exagero.